Humillados. Vapuleados. Ecos de un 6-0 de espanto.
El diario El País de Montevideo indica que Uruguay tuvo otra actitud y logró una goleada que en el futuro de las Eliminatorias tendrá peso.
EDWARD PIÑÓN (El País): Era sencillo. Con ganas se cambiaron silbidos por aplausos. Con presión se consiguieron más jugadas ofensivas. Con velocidad y potencia se aprovecharon las ventajas del rival. Con seguridad en el arco se ganó en tranquilidad. Con mejores ubicaciones se aprovecharon las figuras y con goles se logró un triunfo que revitalizó a Uruguay en las Eliminatorias.
Para resumirlo mejor: Uruguay jugó como equipo, puso en la cancha lo que más quiere su gente y por suerte terminó destruyendo a una débil representación peruana. Más fácil imposible.
El partido comenzó casi de la misma forma que el anterior contra Venezuela, porque la celeste anotó de entrada, tras una gran habilitación de Martín Cáceres a Diego Forlán, quien jugando como delantero fue una especie de demoledora. Pero, a diferencia, de la tarde del sábado, este Uruguay no se dedicó a tirar centros y terminó inclinando en forma sostenida la cancha a su favor.
Si bien en los minutos posteriores al primer gol parecía que le faltaba la consistencia necesaria como para asegurar el cotejo, la profundidad que le aportó al ataque el cambio de ritmo del "Cebolla", la pausa que puso el "Nacho" González y la correcta utilización de la banda derecha por parte de Bruno Silva, hicieron que el equipo del maestro Tabárez planteara el duelo en los carriles que más le convenía.
Perú, que solamente pudo salir del ahogo en una oportunidad, cuando Solano se metió en el área para obligar a Castillo a realizar una estupenda atajada, al final terminó siendo testigo de una debacle monumental, producto de la ambición de los jugadores y hasta del cuerpo técnico celeste por consumar un resultado histórico.
Para resumirlo mejor: Uruguay jugó como equipo, puso en la cancha lo que más quiere su gente y por suerte terminó destruyendo a una débil representación peruana. Más fácil imposible.
El partido comenzó casi de la misma forma que el anterior contra Venezuela, porque la celeste anotó de entrada, tras una gran habilitación de Martín Cáceres a Diego Forlán, quien jugando como delantero fue una especie de demoledora. Pero, a diferencia, de la tarde del sábado, este Uruguay no se dedicó a tirar centros y terminó inclinando en forma sostenida la cancha a su favor.
Si bien en los minutos posteriores al primer gol parecía que le faltaba la consistencia necesaria como para asegurar el cotejo, la profundidad que le aportó al ataque el cambio de ritmo del "Cebolla", la pausa que puso el "Nacho" González y la correcta utilización de la banda derecha por parte de Bruno Silva, hicieron que el equipo del maestro Tabárez planteara el duelo en los carriles que más le convenía.
Perú, que solamente pudo salir del ahogo en una oportunidad, cuando Solano se metió en el área para obligar a Castillo a realizar una estupenda atajada, al final terminó siendo testigo de una debacle monumental, producto de la ambición de los jugadores y hasta del cuerpo técnico celeste por consumar un resultado histórico.
El gran drama que tuvieron anoche los peruanos, por encima de la diferencia que se llevaron en la red, estuvo en el mediocampo. Allí, el trabajo de Diego Pérez y Walter Gargano fue fundamental.
Copando todo el ancho del terreno con firmeza, anticipando con fuerza en la salida y siendo prolijos con el balón, el "Ruso" y el "Mota" fueron el pulmón del equipo celeste.
Obviamente, que lo más relevante estuvo a la hora de apuntarle al arco de Butrón y esa marca que se llevaron los incaicos anoche llegó de la mano de un Forlán enchufado, demostrando que su lugar en la cancha es el que él mismo demanda, y de un Carlos Bueno inteligente, vivaz y luchador.
Uruguay golpeó en la red con potencia, precisión y lo mejor de todo es que no se tomó descanso. Si hasta Lugano y Godín se pelearon en el área -fueron los dos a buscar una pelota- por anotar un tanto para la celeste.
Y ese aspecto también debe ser resaltado, porque en estos de las Eliminatorias convertir seis goles y llegar a un saldo de +9 puede convertirse en determinante para llegar al Mundial.
Ganó la celeste. La gente, aunque no fueron todos los que deberían acompañar a la selección, disfrutó en grande. El equipo metió una goleada impactante (la máxima conseguida en la historia por Uruguay en Eliminatorias) y se recobró la vida en la tabla.
No hay dudas, que contra Perú se consiguieron mucho más que tres puntos.
Copando todo el ancho del terreno con firmeza, anticipando con fuerza en la salida y siendo prolijos con el balón, el "Ruso" y el "Mota" fueron el pulmón del equipo celeste.
Obviamente, que lo más relevante estuvo a la hora de apuntarle al arco de Butrón y esa marca que se llevaron los incaicos anoche llegó de la mano de un Forlán enchufado, demostrando que su lugar en la cancha es el que él mismo demanda, y de un Carlos Bueno inteligente, vivaz y luchador.
Uruguay golpeó en la red con potencia, precisión y lo mejor de todo es que no se tomó descanso. Si hasta Lugano y Godín se pelearon en el área -fueron los dos a buscar una pelota- por anotar un tanto para la celeste.
Y ese aspecto también debe ser resaltado, porque en estos de las Eliminatorias convertir seis goles y llegar a un saldo de +9 puede convertirse en determinante para llegar al Mundial.
Ganó la celeste. La gente, aunque no fueron todos los que deberían acompañar a la selección, disfrutó en grande. El equipo metió una goleada impactante (la máxima conseguida en la historia por Uruguay en Eliminatorias) y se recobró la vida en la tabla.
No hay dudas, que contra Perú se consiguieron mucho más que tres puntos.
La estrella : Diego Forlán Jugó en el puesto que le gusta, hizo tres goles y se convirtió en el máximo artillero celeste.
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