lunes, 16 de junio de 2008

Argentina: La Selección fue al frente, pero no se le cayó una idea


Ecuador no llegó casi nunca pero se puso en ventaja con un disparo de Patricio Urrutia desde fuera del área y estuvo a punto de ganar aquí por primera vez.


Por: Héctor Hugo Cardozo
Diario Clarín (Buenos Aires)



Un partido ideal. ¿O no? Un empate agónico, sufrido, ante Ecuador, en el Monumental ofrece el espacio más generoso. ¿Para qué? Para que podamos ubicar a la Selección, a su entrenador y a un montón de sus figuras frente a un pelotón de fusilamiento. Porque así somos y seremos. Transitamos de ser los mejores del mundo a un puñado de solistas sin planes. O sin estrategia. Cero táctica. Siempre, resultados mediante, claro. Convengamos, el haraquiri es el mejor ejercicio que hemos desarrollado históricamente. Repasemos. El plantel que fue a Japón era campeón. Después, eliminados por un gol de penal y otro de tiro libre, Marcelo Bielsa pasó a ser un indeseable y Juan Sebastián Verón un indigno. De mensurar virtudes y defectos del juego, nada. Por supuesto, Bielsa tuvo su revancha y se reivindicó en las Eliminatorias, la Copa América (aunque se haya perdido la final) y en los Juegos Olímpicos. Bah, cambiaron los resultados. Lo mismo ocurrió con José Pekerman y compañía. Simple y cruelmente, eso. Ramón Díaz no sabía nada en River; salían campeones los futbolistas. ¡Ah! Pero llegó a San Lorenzo y sus dirigidos dieron la vuelta. ¡Aprendió de repente! ¿Y Diego Simeone con sus muchachos? Tras la eliminación de la Libertadores lo crucificaron. Ja, un mes más tarde, lo condecoraron. Por eso, siguiendo esa rutina afuera con Alfio Basile, con Juan Riquelme, que la Brujita se quede en Estudiantes. O que Sergio Agüero se vuelva al Atlético y que el resto desaparezca. ¿Empatar con Ecuador de local? ¿Argentina?Ahora, hubo un partido. Que merece ser desmenuzado para intentar entender. Sólo eso. Un partido en el cual la Selección no funcionó. Varió de esquema o de posiciones y fue apenas un conjunto ambicioso sin rumbo. Y enfrente Ecuador, a pura presión y disciplina defensiva casi lo anuló y, encima, en uno de sus pocos arribos ofensivos, se puso 1 a 0. La pregunta es: ¿por qué no funcionó Argentina? Modificó el eje de su juego, por ejemplo. Verón conductor, Riquelme adelantado. Ante un doble vallado de cuatro y cinco ecuatorianos, no pudieron tocar corto y con precisión. Buscaron romper por los costados, con pelotazos (especialmente a cargo de Verón) y por esa vía se fabricaron tres arribos peligrosos, que no pudieron definirse. ¿Que fue poquito? Sin dudas. Riquelme como merodeador del área no influyó aunque haya metido un pase certero para Agüero o un centro atrás peligroso. Messi, esperanza de llegada, no pudo gambetearse a todos los rivales y entonces sus maniobras quedaron truncas, normalmente. ¿Algo más? Por supuesto.El equipo, con Gago por Maxi Rodríguez pareció encauzarse, pero igual no pudo asociar los despachos de Verón, la circulación de Riquelme, las subidas de Zanetti, el aporte de Gago con la habilidad de Messi y con un Agüero muy dispuesto a picar antes que hacerse pivot. Y se crearon llegadas, pero muy apuradas, impuras. Y, además, Ecuador se soltó o arriesgó poniendo cuatro o cinco camisetas en campo argentino. Y le salió redondo: Urrutia clavó un golazo.Argentina fue al frente sin orden. Cruz tuvo un par y no la embocó. Y con la angustia dominando el escenario, apareció Palacio y selló el 1 a 1. Pudo ganar la Selección si se computan las posibilidades. Y pudo perder. En realidad lo peor es que no se vieron ni rastros de un equipo. Si somos tremendistas, descuartizamos al DT y a varios de sus dirigidos. Si razonamos, veamos pros y contras. La próxima parada es en Brasil y contra ellos, los que nos ganan seguido. Es una revancha, no por el resultado, que vale triple, sino por el juego, que es lo que más nos importa.

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