jueves, 22 de mayo de 2008

Boca arrolla al Atlas con show de Palermo


Boca es Boca, señores. Y ayer lo demostró en México goleando por 3 a 0 al Atlas. El Loco Martín Palermo metió los 3 y fue la figura de la tarde.
El diario El Universal de México informa así:
Boca Juniors de Argentina terminó con los sueños del Atlas de México al derrotarlo 3-0 (global 5-2), para así conseguir con autoridad su pase a semifinales de la Copa Libertadores de América, en partido disputado en el estadio Jalisco.
La gran figura del cuadro argentino fue Martín Palermo, autor de los tres tantos, a los minutos 20, 34 y 38. Boca enfrentaría a San Lorenzo de Almagro si este equipo es capaz de dar cuenta de la Liga Deportiva de Quito.
Un campeón nunca puede darse por muerto, y menos si este se llama Boca Juniors, un equipo que ha superado situaciones que parecían perdidas y que en esta ocasión se plantó con autoridad desde que el balón empezó a rodar en la "Perla de Occidente".
El cuadro mexicano salió con el miedo en las piernas, nunca pudo controlar el medio campo y la defensa repitió los errores que una semana antes el cuadro sudamericano no supo aprovechar, pero que ahora no dudó en hacerlo.
Los pupilos de Carlos Ischia manejaron las acciones con jerarquía, una defensa sólida, un medio campo que fue completamente suyo y una delantera guiada por Juan Román Riquelme que generó una y otra vez jugadas de peligro sobre una defensa atlista perdida.
Los "xeneizes" finalmente lograron reflejar en el marcador su amplio dominio en una jugada en la que Riquelme aprovechó un boquete en la central mexicana para filtrar un balón a Martín Palermo, quien definió de media vuelta un balón que Rodrigo Bava alcanzó a tocar, pero no lo suficiente para evitar el primer tanto, al minuto 20.
El "show" de Palermo había comenzado, el técnico argentino Miguel Ángel Brindisi nunca pudo ajustar a su equipo que sentía como una y otra vez Riquelme lanzaba a Rodrigo Palacio y a la figura de esta tarde.
Una vez más Riquelme aprovechó la falta de marca para proyectar por izquierda a Palacio, quien aguantó muy bien el arribo de Palermo que marcó su segundo tanto con tiro cruzado a contrapie de Bava, al 34.
Boca y Palermo cerraron su gran actuación en los primeros 45 minutos con el tercer tanto con una definición de gente grande en las afueras del área donde observó a Bava adelantado para tocarle por arriba y darle rumbo definitivo a este partido, al 38.
La necesidad de Atlas por acortar distancias lo antes posible provocó que los argentinos tuvieran todavía más espacio para el inicio de la parte complementaria y que cerca estuvieran de la cuarta anotación que fue evitada por Bava, quien derribó fuera del área a Palacio para ganarse la tarjeta roja, al minuto 49.
Con diez hombres y cuatro goles por marcar, la misión fue imposible para los atlistas que ante la complacencia de Boca, que quitó el pie del acelerador de su "deportivo", buscó hacer más decoroso el marcador.
Pero Boca definió todo desde la primera parte, se dedicó a sobrellevar las acciones para esperar el silbatazo final de un partido que dominó de principió a fin demostrando su jerarquía de campeón y gigante del continente.
El arbitraje estuvo a cargo del chileno Rubén Selman, quien tuvo una buena actuación. Expulsó de roja directa al uruguayo Rodrigo Bava (49) y amonestó al argentino Bruno Marioni (37) y a Cristian Valdez (69) por los de casa. Gabriel Paletta (37), Sebastián Battaglia (41) y Jesús Dátolo (69) vieron cartón preventivo por los visitantes.
Por su parte Olé de Argentina da cuenta de un goleador nato que ya es histórico con la camiseta xeneize: Martín Palermo.
Genio, crack, fenómeno, fuera de serie... ¿Cuál sería el mejor adjetivo para definir a Martín Palermo? ¿Habrá otro goleador en el mundo tan efectivo pero con tantos detractores? Su lentitud de movimientos y su técnica no tan depurada con la bola provocan risas socarronas en los hinchas rivales y hasta burlas. De burro para abajo le dicen de todo. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver. El Loco, una máquina de pulverizar récords, ya dio suficientes muestras de su capacidad goleadora. De cabeza, de zurda, con la de palo, con las dos juntas, hasta en muletas... Ayer, el Jalisco de Guadalajara fue testigo de otra noche heroica del 9: tres goles en 19 minutos para poner a Boca nuevamente en las semifinales de la Libertadores. ¿Y ahora qué van a decir?Palermo es un crack porque define como los dioses. Y tiene unos cuantos méritos: 1) No se pone nervioso jamás. Puede fallar pero frente al arquero demuestra una tranquilidad envidiable; 2) Es optimista por naturaleza. Va siempre al rebote, a la segunda jugada, es como si pensara que la pelota, aunque no parezca, le va a llegar; 3) Tiene un sexto sentido. Intuye hacia dónde va la jugada. Ese sentido de ubicación no se trabaja en la semana, es innato; 4) Tiene variantes. Sus goles son una muestra. En el primero, giró y le dio de zurda. En el segundo, le dio de derecha, cruzado. Y en el tercero, tiró una vaselina de luxe para los que le exigen pies sensibles.Atlas sufrió su primer hat-trick internacional. Hasta ahora había convertido tres goles en cuatro ocasiones pero en el plano local (y en dos oportunidades hizo cuatro). Pero claro, lo de ayer tiene otro gusto. Por la instancia y por la dificultad que significaba ir a Guadalajara con la obligación de ganar. En la primera clara que tuvo, la mandó a guardar. Picó de derecha a izquierda, como marcándole el pase a Román, quien la metió profunda. A la carrera, Martín hizo un medio giro y le dio de zurda, no tan fuerte. La bola pegó en Bava y entró pidiendo permiso.Con ese gol, se abrieron aún más los espacios. Y el segundo llegó en una jugada de contra. Palermo picó desde su propio campo. Román buscó largo a Palacio, éste se metió en el área, esperó y se la sirvió a Martín, quien entraba tocando bocina, libre de marcas. El Loco acomodó su cuerpo y le dio con la derecha, cruzado. 2-0 y a festejar de cara a todos los hinchas de Boca que viajaron desde Buenos Aires.Si algo le faltaba, a esa altura, era meter ese golazo, el tercero de su cuenta y de Boca. Con confianza, Martín se animó a tirar una vaselina, tras recibir el pase de Pochi Chávez. Miró al arco y le dio de zurda, para que la pelota se colara en el segundo palo. El festejo lo dijo todo: Palermo se fue haciendo señas con sus manos como diciendo 'qué gol que hice'.En el segundo tiempo intentó con un tiro desde mitad de cancha, como aquel gol a Independiente. Hubiera sido mucho... Con sus goles, más que una excursión a México, fue un paseo por Palermo.guadalajara (Olé).
En la imagen: el goleador y su socio perfecto. Román y Martín, idilio con la red que no termina nunca. El actual campeón de la Libertadores parece repetir el plato.

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